ENHORABUENA JESÚS, tu iniciativa está haciendo que todos vayamos haciendo realidad el tener un lugar en el ciber espacio para comunicar y compartir.
Que sigan haciendose realidad todos nuestros sueños.
BUENA SEMANA A TODOS.
Que sigan haciendose realidad todos nuestros sueños.
BUENA SEMANA A TODOS.
PREPAREMOS BIEN LA FIESTA DE LA INMACULADA
RECORDEMOS QUE FUE EL INICIO DE LA OBRA SALESIANA.
POR SI NO OS ACORDAIS DE LA HISTORIAEra el 8 de Diciembre de 1841, fiesta de la Inmaculada Concepción. Don Bosco está preparado para celebrar la Misa. El sacristán se está peleando con un joven y le dice ¿Qué vienes a hacer en la sacristía? ¡Márchate de aquí! Y comienza a golpearlo.
¿Qué haces? ¡Deja a ese niño! Le grita Don Bosco.
Ven, ven aquí. No te haré nada. ¿Cómo te llamas?
Bartolomé Garelli; soy aprendiz albañil y no tengo ni padre ni madre.
¿Sabes leer? ¿Escribir? ¿Te recuerdas al menos de las oraciones? ¿Asistes al Catecismo?
Como soy mayor que otros se burlarán de mí y no me atrevo. Me da vergüenza.
¿Me puedes esperar hasta que termine la Misa?
Terminada la Misa, Don Bosco lleva a su alumno detrás de la sacristía.
¡Bien! Y ahora comencemos. Antes recemos juntos un Ave María a la Virgen. (Con aquella Ave María, comentó después el Santo, comenzó la Obra Salesiana). Me has dicho que no sabes leer, que no sabes escribir, que no te acuerdas de las oraciones... ¿Sabes al menos silbar?
¡Oh, eso sí! - responde Garelli con una amplia sonrisa.
Don Bosco había vencido: la puerta de la confianza se había abierto. Terminada la primera lección, Don Bosco le hace prometer volverá el domingo siguiente trayendo otros amigos. El chico cumple lo prometido y vuelve con una decena de jóvenes de unos quince años, casi todos albañiles como él.
Reconoce valores, ¿sabes silbar? No reprime, convence, busca la amistad. Etc. Ama entrañablemente a Ma. Auxiliadora
¿Qué haces? ¡Deja a ese niño! Le grita Don Bosco.
Ven, ven aquí. No te haré nada. ¿Cómo te llamas?
Bartolomé Garelli; soy aprendiz albañil y no tengo ni padre ni madre.
¿Sabes leer? ¿Escribir? ¿Te recuerdas al menos de las oraciones? ¿Asistes al Catecismo?
Como soy mayor que otros se burlarán de mí y no me atrevo. Me da vergüenza.
¿Me puedes esperar hasta que termine la Misa?
Terminada la Misa, Don Bosco lleva a su alumno detrás de la sacristía.
¡Bien! Y ahora comencemos. Antes recemos juntos un Ave María a la Virgen. (Con aquella Ave María, comentó después el Santo, comenzó la Obra Salesiana). Me has dicho que no sabes leer, que no sabes escribir, que no te acuerdas de las oraciones... ¿Sabes al menos silbar?
¡Oh, eso sí! - responde Garelli con una amplia sonrisa.
Don Bosco había vencido: la puerta de la confianza se había abierto. Terminada la primera lección, Don Bosco le hace prometer volverá el domingo siguiente trayendo otros amigos. El chico cumple lo prometido y vuelve con una decena de jóvenes de unos quince años, casi todos albañiles como él.
Reconoce valores, ¿sabes silbar? No reprime, convence, busca la amistad. Etc. Ama entrañablemente a Ma. Auxiliadora
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